INTRODUCCIÓN

Homo (palabra que en latín significa hombre, humano) es el género1 de primates homínidos de la tribu Hominini2 que agrupa a las especies consideradas humanas o que llevan el apelativo de "hombre", por lo que incluye al ser humano moderno y a sus más cercanos parientes. La antigüedad del género se estima en 2,4 millones de años (Homo habilis/Homo rudolfensis). Todas las especies, a excepción de Homo sapiens, están extintas. Se caracteriza por ser bípedo, con pies no prensiles y su primer dedo alineado con los restantes. Presenta hipercefalización y una verticalización completa del cráneo.1 Entre las características que llevaron a separar Homo habilis del género Australopithecus destacan el tamaño del cráneo y, más importante aún, la capacidad de crear herramientas.
HOMO HABILIS

Homo habilis (del latín homo, 'hombre', y habilis, 'hábil') es un homínido extinto que vivió en África desde hace aproximadamente 1,9 hasta 1,6 millones de años antes del presente, en las edades Gelasiense y Calabriense (principios a mediados del Pleistoceno). El descubrimiento de esta especie se debe a Mary y Louis Leakey, quienes encontraron los fósiles en Tanzania, África, entre 1962 y 1964. Cuando fue descubierto se lo consideró como la especie más antigua del género Homo, puesto ocupado después por H. rudolfensis. El Homo habilis todavía no conocía el uso del fuego, ni tampoco estaría en posesión de un lenguaje articulado, aunque en los moldes de un cráneo de un Homo habilis se ha observado que tenían una circunvolución de Broca bastante desarrollada.Analizando algunos de los huesos de las extremidades recuperados se puede reconocer que se trata de una especie con un aspecto mucho más humano. La cabeza del fémur es mucho más grande y de forma más corta y redondeada. También la pelvis tiene un aspecto mucho más moderno. No hay dudas que su andar era erguido, así lo atestiguan los rasgos de su pelvis, columna, miembros y foramen magnun. Podemos concluir que tanto los huesos de las manos como de las piernas estaban más próximo a los seres humanos modernos que a los antropomorfos.
HOMO ERECTUS
Los Homo erectus son los primeros viajeros intercontinentales. Desde África se dispersan a través de Asia Menor y el Próximo Oriente, llegando por un lado hasta España y por el otro hasta cerca de Pekín, en el norte de China, y hasta la isla de Java, en Indonesia. Los fósiles más antiguos de Atapuerca, cerca de Burgos, que tienen 800.000 años, son descendientes de ellos. Los Homo erectus más antiguos de Europa se han encontrado en Georgia, donde vivían hace 1,6 millones de años. (La localidad de Dmanisi, donde se han encontrado estos fósiles, está cerca del límite generalmente reconocido entre Europa y Asia.) Además de fabricar hachas de mano de piedra, el Homo erectus también dejó los primeros restos de viviendas construidas, de objetos de madera tallada, la primera lanza de madera y el recipiente más primitivo, un cuenco de madera. Pero su mayor avance cultural fue que aprendió a manejar el fuego. Se han encontrado los primeros indicios de su utilización en China, hace 300 mil años y se atribuyen al "hombre de Pekín", una versión del Homo erectus. Los antropólogos piensan que el Homo erectus vivió hace 1,8 y 0,2 millones de años. Pero el fósil más antiguo se encontró en África, en Oulduvai, por lo que se piensa que esta especie se originó en este continente y después emigró. Era muy robusto y tenía una talla elevada, hasta 1,80 m de medida. Era muy robusto y tenía una talla elevada, hasta 1,80 m de medida. El volumen craneal era muy variable, alrededor de 600 cm3 (la media fue aumentando a lo largo de su dilatada historia). Poseía un marcado toro supraorbitario y una fuerte mandíbula sin mentón, pero de dientes relativamente pequeños. Presentaba un mayor dimorfismo sexual que en el hombre moderno.
HOMO ANTECESSOR
800.000 años atrás en el tiempo, una especie común a los neandertales y a los homo sapiens vivía en la Sierra de Atapuerca (Burgos). Homo antecessor salió a la luz en 1997. Sus descubridores, J.M. Bermúdez de Castro, J.L. Arsuaga, E. Carbonell, A. Rosas, I. Martínez y M. Mosquera, le definieron como el pionero, el que antecede a los demás. Su morfología revolucionó la idea que se tenía hasta ese momento de la evolución de nuestra especie. Su capacidad craneal era elevada (más de 1.000 cc) y poseía una cara muy moderna, es decir, esta especie sufrió una reestructuración total del neurocráneo, la mandíbula, los dientes y la cara, es totalmente diferente a todo lo anterior. La morfología facial es similar a la de Homo sapiens, con orientación coronal y ligera inclinación hacia atrás de la placa infraorbital que determina la presencia de una fosa canina muy conspicua. El borde inferior de esta placa es horizontal y ligeramente arqueado. El arco superciliar es en doble arco y la capacidad encefálica, estimada a partir de un fragmento incompleto de hueso frontal, indica una cifra superior a los 1000 cm. La morfología de la mandíbula recuerda a la de ciertos homínidos muy posteriores
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HOMO HEIDELBERGENSIS

HOMO NEANDERTAL

HOMO SAPIENS
Podemos suponer que nuestra especie, Homo sapiens, se originó en algún lugar de África hace alrededor de 150.000 años. Especies más arcaicas parecen haber continuado durante un tiempo. La especie se expandió relativamente lento, llegando a Australia hace 40.000 años. En Europa, la especie parece haber entrado más lentamente, entre 40.000 y 35.000 años, por España y por el este.
Las herramientas de nuestra especie se asocian en cuatro periodos. El primero de ellos es el Auriñaciense, que apareció hace 40.000 años y persistió hasta hace 28.000, está marcado por una explosión de creatividad. Aparecen el arte, la decoración de objetos, la decoración personal, la música (en forma de instrumentos).
Este periodo es seguido por el Gravetiano, entre los 28.000 y los 22.000 o 18.000 años. Es aquí cuando aparecen las agujas de coser, aparte de cuchillos más pequeños y afilados.
Seguidamente aparece el Solutreano, entre los 22.000 y los 18.000 años. Este periodo se caracteriza por los cuchillos "hoja de laurel", llamados así por su forma. Algunos de estos cuchillos son tan delgados y delicados que no es posible imaginar que hayan tenido un uso práctico.
Finalmente, llegamos al Magdaleniano, el que se extiende de los 18.000 a 10.000 años atrás. Con este periodo termina el paleolítico superior. Encontramos un trabajo sofisticado del hueso y las astas, junto con abundantes "microlitos", pequeñas herramientas de piedra que eran seguramente puestas en mangos. Encontramos también enterramientos, siendo mucho más complejos que los de los neandertales.
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